martes, 8 de mayo de 2012

Será como hablar del tiempo, y dejarte enredar en sus instrucciones. Y que te regale un reloj, y que marque tu ritmo al caminar, y que si lo para te pares, y no te deje avanzar. Por las noches, cuando todo está en completo silencio, no dejo de oir su maldito tic tac tic tac, y es que hay días que ¡hasta de día lo escucho!
El siguiente paso será meterlo en un cajón para poder dormir... pero hasta que no se le acabe la pila siempre lo escucharé cuando abra a
el cajón, no me va a quedar más remedio que arrancarsela. Y no quería.