sábado, 26 de febrero de 2011

Fragilidad

Frágil, casi de cristal, así es.
Frágiles palabras producto del vaho de tu aliento, o del mio, según el frio.
Frágiles abrazos, o frágiles los brazos que abrazan.
Fragilidad hecha torpeza causando la facilidad para romperse en pedazos.
Frágiles segundos, minutos, horas, y sobre todo días.
Frágiles mis ojos, que enseguida se derriten en agua salada cuando les soplas.
Frágil tu boca cuando el calor de la mía la ataca, y te ataco.
Frágiles nosotros que nos rompemos cuando no nos tocamos.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Déjame abrazarte,
quiero hacerlo fuerte,
tanto que incluso duela.
Las almas se llenarán entonces de sangre,
de la sangre que alimenta sus pasiones
mientras nos curamos en los rincones.
Al compás de las hojas con el viento me muevo,
al compás de su música invernal,
al compás de tu silbido melódico.
Con ritmos frescos, nuevos e infinitos.
Instrumentos desconocidos por el oído humano,
cumplen con ilusión sus cometidos,
siguen las partituras que escribiste dormido.
Suena entonces la sinfonía que esperabas escuchar,
y ahora, me invitas a bailar.
Sólo son chasquidos de intranquilidad, suspiros de temor, simple polvo.
Polvo que vuela simplemente con tu respiración.
Duelen los días largos, duele la fatiga de pensarte, duele sentir desde y no en.
Las palabras bailan en mi cabeza mientras consiguen unirse de forma lógica, su baile es tan frenético que me marea, hasta el punto de perder el sentido, la noción de todo, del todo.
Al menos despierto y te acaricio la mano, con las palabras ordenadas pronunciadas por mis labios, y te miro, te veo, te siento... tiembla todo cuando despierto y no puedo hacerlo, tiemblo yo de frio, tiemblan los cimientos de este cuartucho vacío porque no estás, tiembla mi voz cuando te extraña.
Tócame...

viernes, 4 de febrero de 2011

Irracionalmente

No es la verdad, sino toda la mentira que alcanza tu sinceridad al mover tus labios, no solo para hablar. Toda una mentira que es tan grande que abruma los ojos de los movimientos ajenos, sin dulzura ni sentimiento alguno, sólo frías sus mentes les permiten pasear de lado a lado del mundo teniendo compasión los unos por los otros, resignándose a dejarse vivir sin molestarse, sin esforzarse por sus vidas ni por las de sus semejantes más cercanos.
Verdaderamente lúgubre el lugar en el que habitan los hombres de neuronas cálidas que despiertan sus intereses para hacer de ese lugar la luz de un mañana mejor que limpie poco a poco los rincones, aunque sólo sea para poder dormir.
Increíble el fraude que demuestra la imagen limpia de un vivir sin sobresaltos, ni asaltos, ni mucho menos saltos de una falsa alegría.
Sólo existen desventajas para mi, y ventajas para otros en esas verdades que le habéis infundido a vuestros hijos y hermanos, y si hubierais podido también a vuestros padres.
Ahora bien, es muy cierta al mismo tiempo la falsa libertad que tengo para pensar y teorizar sobre verdades universales que no me terminan de convencer, no al menos de nada más que lo que ya creo, se y pienso.
Muevo mis labios no solo para hablar, con los tuyos, si conjuntamente, demostrando lo real que puede ser lo que es imposible para otros, lo que se puede considerar mentira, increíble o irreal. No es tan convincente la palabra verdad, ni la palabra mentira si no son tus labios los que las pronuncian.
No se debe huir de la mentira solo porque la desconozcamos. Tenemos por mentira lo que no hemos visto, lo que no hemos sentido.
Y así, al empezar a creer de verdad en tu fantasía, crees en una verdad absoluta y universal, aprendiendo a creerte, a quererte, a querer y a ser querido.
Porque no hay mayor verdad que la de sentir, a poder ser, irracionalmente.