viernes, 25 de septiembre de 2009

mujeres


La taza de cafe humeaba, y a ella le encantaba porque así podía hablar despreocupada de que se enfriase, y tenía tantas cosas que contar... Hacía días que no os veíais y en cambio parecían años. Nunca se os agotaban las palabras siempre parecía que os acababais de conocer, vuestra conversación no tenía limites, ni la deverguenza de vuestros temas tampoco. Yo siempre escuchaba lo que decíasis y gracias a ello abría mi mente, y me entraban ganas de conocer mundo, de leer los libros prohibidos que mencionabas, las revistas que traía tio Juan de sus viajes... Sin daros cuenta me sumergisteis en vuestro mundo de letras, de pinturas, y de musica... me convertísteis en la mujer que soy ahora, la mujer que igual que vosotras deja humear el café para poder explayarse sin preocupación. Esta mujer que ahora sonríe al recordar su infancia, diferente a la del resto, y por la que estará eternamente agradecida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo creo que le falta algo

Dara dijo...

Y a mí que no me gusta el café, ¿Cómo lo hago? ¿Pruebo con chocolate demasiado caliente?


miau
gigante,
señorita
de
la
bici
azul

anis dijo...

genial infancia pues
parece para escribir un libro
:)