viernes, 4 de febrero de 2011

Irracionalmente

No es la verdad, sino toda la mentira que alcanza tu sinceridad al mover tus labios, no solo para hablar. Toda una mentira que es tan grande que abruma los ojos de los movimientos ajenos, sin dulzura ni sentimiento alguno, sólo frías sus mentes les permiten pasear de lado a lado del mundo teniendo compasión los unos por los otros, resignándose a dejarse vivir sin molestarse, sin esforzarse por sus vidas ni por las de sus semejantes más cercanos.
Verdaderamente lúgubre el lugar en el que habitan los hombres de neuronas cálidas que despiertan sus intereses para hacer de ese lugar la luz de un mañana mejor que limpie poco a poco los rincones, aunque sólo sea para poder dormir.
Increíble el fraude que demuestra la imagen limpia de un vivir sin sobresaltos, ni asaltos, ni mucho menos saltos de una falsa alegría.
Sólo existen desventajas para mi, y ventajas para otros en esas verdades que le habéis infundido a vuestros hijos y hermanos, y si hubierais podido también a vuestros padres.
Ahora bien, es muy cierta al mismo tiempo la falsa libertad que tengo para pensar y teorizar sobre verdades universales que no me terminan de convencer, no al menos de nada más que lo que ya creo, se y pienso.
Muevo mis labios no solo para hablar, con los tuyos, si conjuntamente, demostrando lo real que puede ser lo que es imposible para otros, lo que se puede considerar mentira, increíble o irreal. No es tan convincente la palabra verdad, ni la palabra mentira si no son tus labios los que las pronuncian.
No se debe huir de la mentira solo porque la desconozcamos. Tenemos por mentira lo que no hemos visto, lo que no hemos sentido.
Y así, al empezar a creer de verdad en tu fantasía, crees en una verdad absoluta y universal, aprendiendo a creerte, a quererte, a querer y a ser querido.
Porque no hay mayor verdad que la de sentir, a poder ser, irracionalmente.

2 comentarios:

Cristy dijo...

Tenemos por mentira lo que no hemos visto, lo que no hemos sentido.

Que gran verdad! Tu entrada me hace pensar en tantas cosas.
Besete

Mebusko dijo...

Que grande leer tantas verdades!

sentir, vivir. Gracias por regalar irracionalidad!