jueves, 25 de diciembre de 2008

mariposas


La conocí hace ya un tiempo, en unos campos cercanos, en primavera casi verano, era una mariposa preciosa, con un color que no dejaba indiferente a nadie, irradiaba un magnetismo incalculable. Aunque al principio solo la observé por el rabillo del ojo pronto todo fué más cercano, y cada vez más y más. Una noche, cerca del final del verano tuve un extraño sueño, esa preciosa mariposa se llevaba todo lo delicado que me rodeaba y me dejaba sin nada, desnuda, vacía, sola.
Al día siguiente paseábamos,y tomamos un café como cada tarde,pero la paranoia se apoderó de mi, y hacía que mi vuelo fuera más efusivo de lo habitual, tenía miedo, de que ese sueño, más bien pesadilla se hiciera realidad, ahora todas sus virtudes hacían que estuviera protagonizando la sensación de envidia más fuerte que me había podido imaginar, y no pude más. Esa misma noche, fuimos a pasear a un lugar nuevo, uno que ella no conocía, la gran ciudad, y alli la dejé sola, mientras se adormecía por el veneno del café.
Ahora ya no había envidia, solo rabia, al ver que me sentía desnuda, vacía y sola, pues ella era todo lo delicado que me rodeaba.

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