miércoles, 21 de septiembre de 2011

cenizas

Me he quemado el paladar y la punta de la lengua de lo caliente que estaba el café, pero lo he disfrutado igualmente, he disfrutado del calor que transmitía la taza a mis manos mientras la frialdad de las mismas luchaba por permanecer.
Luchaba como han luchado muchos amantes por gobernar sobre sus temperaturas corporales al son de sus canciones, pero estos dejándose ganar.
Luchaba como yo con la almohada intentando dormir en todas estas noches frías en las que ni permiso tengo para escuchar tu latir, o tus ladridos ( Ahora todo me vale).
Luchaba como tu con tu interior cuando no quiere dar refugio a la bestia, y solo es capaz de atarla a la cama, para verla de lejos y mansa.
Luchaba como tu cuando no me dejas respirar tu aliento envenenado, no me dejas, no te dejas, o ya no te importa.
Luchaba, que no es lo mismo que lucho.
Me he quemado el paladar y la punta de la lengua, con palabras, ya no las pronuncio, ya no se escribirlas ( y tampoco me interesa).
Este calor no ha cambiado, no el más profundo, no en el más amable de los sentidos (de mis sentidos), no en la esencia de tu aroma, bueno más bien del mio, no en lo que cada noche me quita el sueño o me sumerge en el más profundo.
El problema del calor, del fuego, es que cuanto más grande es la llama antes consume lo que prende, y a mi me ha (has) prendido, que no quemado, pero igualmente, me consumo.

4 comentarios:

NODRAMAHOUSES dijo...

lo bueno (o lo malo) de luchar es que quedan heridas de guerra, espero que las tuyas sean bonitas.

anis dijo...

dios mío, más de una vez me he abrasado la lengua

Anónimo dijo...

yo no estuve alli cuando todo paso. me di cuenta despues... con el tiempo. mirando desde mis propios ojos hacia una imagen de mi mismo que no es exactamente yo, pero con la que encuentro una simpatia y relacion obligadas. vi pasar al descubrimiento, a la primera mirada, la primera palabra, el primer beso, el primer desengaño, el conocimento de que estoy donde muchos estuvieron antes y por supuesto, el despertar. y ahora me siento, miro mis manos y les pregunto ¿que podeis hacer salvo cubrirme la cara? pues eso mismo, cubrirte la cara, introducirte en tu propia espiral donde volveras a tus entrañas dormitando en acciones simples y familiares que te devuelvan tu energia y puedas retirarlas delante de un nuevo capitulo que parezca tremendamente novedoso.

Mebusko dijo...

Guau!